Este pueblo de pescadores a lo largo de la Costa Brava se dobla como un lugar de vacaciones sin los grandes hoteles y el ambiente turístico. Disfrute de las tranquilas calas de arena de la ciudad, las cálidas playas y los restaurantes de calidad. Para un poco de ejercicio, tome el pintoresco Paseo Costero hacia Llafranc o visite los jardines botánicos de Cap Roig. En la ciudad, Calella de Palafrugell tiene un mercado diario y hay un castillo de estilo neogótico desde 1927.
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